martes, 12 de mayo de 2015

20000 LEGUAS DE VIAJE KAFKIANO SUBMUNICIPAL (12 de Enero 2015)


(primera parte)

Hola de nuevo a todos/as los que seguís nuestras tribulaciones. Sentimos que nos toca hacer un poco de reflexión "en abierto" para transmitiros algunas impresiones que en estas últimas semanas van cristalizando en conclusiones. Conclusiones que responden a dos de las acepciones del término según la R.A.E.: " Resolución que se ha tomado sobre una materia después de haberla ventilado" y "Fin y terminación de algo" quizás porque sentimos que nos encontramos en los compases finales de una etapa.

Ha pasado cerca de año y medio desde que decidimos organizarnos para intentar llevar a buen puerto un puñado de reivindicaciones que entendemos como históricas y sobre las que no nos detendremos mucho más en estas lineas dado que las hemos hecho públicas repetidamente en este tiempo. Decidimos en ese momento organizarnos, no dejarnos atenazar más por la resignación, construir un discurso positivo y constructivo, transversal y participativo, acompañado de una práxis coherente con esos valores. Analizamos, discutimos, pasamos a la acción en diferentes contextos, siempre con el ánimo de llevar el espíritu de nuestro discurso a nuestros conciudadanos/as. Cientos de horas de debate en los bancos del Auditorium nos han demostrado en más de una ocasión que no todas las palabras se van con el viento y que incluso se puede exigir y llevar a cabo lo "imposible". Ha sido parte fundamental de esa acción la elaboración de un proyecto con unas líneas de actuación claras: recuperación de espacios públicos o de gestión pública para su uso en actividades de cultura de base, la de la calle y los barrios, la precariedad y la falta de medios, construida desde abajo como un elemento comunitario y humanizador en un entorno que mucho más a menudo de lo que quisiéramos se nos presenta individualista y deshumanizado. Siempre en dirección contraria a aquella poesía de la que hablaba Blas de Otero, "concebida como un lujo cultural por los neutrales, que lavándose las manos, se desentienden y evaden".

Encontramos un lugar que reunía las condiciones óptimas, de gestión pública y cedido por una entidad privada para su uso cultural durante un largo periodo de tiempo. Un espacio en desuso porque no creemos que sea haya sido de mucha utilidad cultural haberlo relegado durante años a la función de trastero de lujo (como podéis ver en nuestro proyecto es un edificio con valor histórico documentado). Elaboramos un proyecto en nuestra modesta opinión serio y meditado, austero en lo material y en lo económico porque una de nuestras premisas era reducir en lo máximo los gastos y dirigido a la obtención del mayor retorno social durante el mayor tiempo posible. Por descontado, respetuoso en todo momento con los vecinos y en unas condiciones que objetivamente asegurasen una convivencia sana con la comunidad, el edificio y su entorno. En nuestra inocencia empezamos a tocar puertas y a hacer kilómetros en los pasillos municipales regidos en aquel momento por el PP. Superamos caras de incredulidad y de incomodidad a fuerza de insistencia y sobre todo dejando claro que no habíamos empezado esta lucha para desanimarnos ante la primera mueca o la primera puerta que se nos cerrase. Tuvimos que conseguir que se nos tomase en serio, no estábamos dispuestos a tragar con respuestas desganadas ni monosilábicas ni tampoco nos conformábamos con unas sonrisas condescendientes y palmadas en la espalda. Se consideró nuestro proyecto interesante y se nos remitió a la concejalía de barrios y a los entonces responsables de la ADL que una vez más nos dieron sus parabienes y reconocieron lo fundado de nuestras reivindicaciones. Durante unas semanas. Después nos sentimos partícipes de un relato inédito de Larra, casi podíamos imaginarlo con una sonrisa amarga: "Por supuesto, estupendo, faltaría más, vuelva usted mañana". Hasta que unos días antes de la navidad conseguimos hacer una visita con en entonces concejal de barrios y el responsable de la ADL al edificio. Salimos más que convencidos que nunca de las bondades del lugar: lo bastante alejado como para no molestar a los vecinos, en razonables buenas condiciones, cedido para uso exclusivamente cultural, sin necesidad de grandes obras más allá de su mantenimiento (que corresponde según en los términos del acuerdo de cesión al Ayuntamiento), con la división del espacio idónea para simultanear actividades creativas de diverso tipo….

Se nos dijo además que los lentos y complejos mecanismos municipales estaban en movimiento y que el momento de empezar a plasmar en la realidad el proyecto y de redactar unas normativas de buen uso era cuestión de días si no de horas. No lo fue. Al menos hasta que un día desayunamos con la noticia de la moción de censura y se nos convocó tras semanas de espera sin ninguna noticia, de un día para otro, en las dependencias municipales donde a la luz de los flashes se nos hizo entrega de una copia de acuerdo de cesión del inmueble y la promesa, fácil de hacer pero mucho más más dificil de cumplir dado el inminente cambio de gobierno municipal (a 48 horas vista), de que aquello no tenía vuelta atrás. Si la tenía y ya lo sospechábamos. Sabíamos de antemano que nuestro regalo de navidad había sido un bonito paquete de humo y que consumado el cambio de titulares en los sillones municipales el reloj estaba de nuevo a 0.

(continuará...)

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